jueves, 20 de diciembre de 2007

MODERNISMO EN CARTAGENA

El modernismo en CartagenaEl “oro” del plomo de las minas
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Tarjeta postal de la primera mitad del XX, en la que aparce uno de los edificos modernistas de Cartagena
Los romanos explotaron a fondo las minas de plomo de la Sierra Minera, entre Cartagena y el Cabo de Palos; no dejaron cerro por remover hasta que agotaron las minas con los medios de aquella época. A finales del S. XIX, la nueva tecnología permitió continuar las excavaciones y, sobre todo, reutilizar los ricos escombros que dejaron los romanos para obtener el mucho plomo que quedaba en ellos. Ha sido un siglo de minería - también ahora se han terminado agotando las minas - que ha dejado en la región visibles secuelas. Las peores; haber convertido la Sierra Minera en una sucesión de montes de guijarros y haber encenagado la antigua bahía de Portman - el Portus Magnus de los romanos - que ahora vemos totalmente rellena ¡de escombros! en lugar de ocupada por el mar como estuvo. Y las mejores; el trabajo que da de comer, el Cante de las Minas - tarantas, mineras y cartageneras que podemos oír con emoción en La Unión y en el cartagenero barrio de Lo Campano, donde son muchos los gitanos -, y los edificios modernistas que adornan La Unión y, sobre todo, Cartagena.
Para orientar este paseo por los edificios modernistas de Cartagena, mejor que ofreceros un croquis es recomendaros que consigáis cualquier plano de la ciudad. Para ello podemos acudir a la oficina de turismo de las Puertas de San José, entre el final de la calle de San Diego y la plaza de Bastarreche, que ya conocemos de nuestro paseo por el eje de la ciudad antigua.
Podemos comenzar nuestro recorrido bajando la calle de San Diego; encontramos enseguida a nuestra derecha la Casa de la Misericordia, edificio que fue rehabilitado a principios del S. XX con elementos decorativos modernistas. Seguimos por San Diego hasta la plaza de La Merced y, por la parte derecha del fondo de la plaza, según entramos, seguimos por las calles de San Roque y Caballero hasta alcanzar la Plaza de San Francisco; la fachada Norte de esta plaza está ocupada por la Casa Maestre, construida en 1.906 para un terrateniente y hoy ocupada por un banco; posiblemente es la casa más representativa del gaudismo en Cartagena, sigue y desarrolla el proyecto de la Casa Calvet, de Barcelona. Salimos de la plaza por el Suroeste siguiendo la calle Campos y tomamos a nuestra derecha la calle Jara hasta encontrar el Gran Hotel en la esquina con la calle del Aire, cuya fachada está decorada básicamente con motivos vegetales, tan clásicos del modernismo. El antiguo hotel es hoy un edificio de servicios ocupado por La Caixa. Desde allí bajamos por la calle Mayor y en ella encontramos la casa Llagostera, típicamente modernista y decorada con abundantes elementos cerámicos. Más adelante el Casino de Cartagena, la contigua Casa Cervantes y, al final de la calle, el Ayuntamiento.
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... en sus edificios podemos notar la influencia del modernismo en la ciudad, incluso en casas modestas,...

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Volvemos a subir la calle Mayor hasta cruzarnos con la de Medieras, donde encontramos una casa de vecinos con un impresionante portal modernista, mal conservado, justo enfrente de una pequeña pastelería. Podemos aprovechar la ocasión para tomar en esta pastelería un pastel de “La Cierva”, una tarta de carne que nos mantendrá a tono. Seguimos por la calle Mayor hacia el Norte, y andamos las sucesivas calles de las Puertas de Murcia y del Carmen; las tres forman lo que hoy podemos llamar el centro de Cartagena y en sus edificios podemos notar la influencia del modernismo en la ciudad, incluso en casas modestas, donde abundan los miradores y las decoraciones con motivos vegetales y naturales.
Al final llegamos a la Plaza de España, cuya fachada Noreste está ocupada por la Casa Zapata, hoy colegio de las hermanas carmelitas, con una inconfundible valla exterior modernista. Salimos de la Plaza de España por la Alameda de San Antón, en la misma dirección que traíamos, hasta encontrar el Edificio de la Cruz Roja, un pequeño hotel de perfectas proporciones. Volvemos a la Plaza de España y allí tomamos a nuestra izquierda el paseo de Alfonso XIII, que recorremos hasta encontrar la Casa Regidor en la esquina derecha del paseo con la calle de Ángel Bruna.
El modernismo ha dejado huella en el gusto de Cartagena, y cuando hubo que edificar la nueva Asamblea de la Región de Murcia, en los años 80 del S. XX, la construyeron imitando el más puro estilo gaudiano, tanto en las formas como en la decoración cerámica; podemos verla a la izquierda del paseo de Alfonso XIII, más adelante.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

La sombra del viento

La sombra del viento
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La sombra del viento es la primera novela para adultos de Carlos Ruiz Zafón, publicada en 2001. Refleja las técnicas del relato de intriga y de suspenso, la novela histórica y la comedia de costumbres, pero se trata sobre todo de una trágica historia de amor. En la obra, el autor va entrelazando tramas y enigmas con una gran fuerza narrativa, en un relato sobre los secretos del corazón y el embrujo de los libros.
Esta novela se ha convertido en un best-seller mundial, con más de ocho millones de ejemplares vendidos en 36 idiomas diferentes, pese a la desatención de la crítica literaria española, aunque no la internacional (que la aclamó como una de las grandes revelaciones literarias de los últimos tiempos).
La sombra del viento es la primera entrega de un ciclo de cuatro novelas interconectadas y ambientadas en la Barcelona que va desde la era de la revolución industrial hasta los años posteriores a la guerra civil. Los cuatros relatos, independientes y auto-suficientes en sí mismos, compartirán algunos personajes y escenarios.
Tabla de contenidos[ocultar]
1 Argumento
2 Premios recibidos
2.1 España
2.2 Estados Unidos
2.3 Francia
2.4 Holanda
2.5 Noruega
2.6 Canadá
3 Véase también
4 Enlaces externos
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Argumento [editar]
Advertencia: esta sección contiene detalles de la trama y el argumento.
La sombra del viento narra una historia de misterio en la Barcelona de mitad del Siglo XX. Tiene una ambientación fría, oscura, solitaria y gótica en la que abundan las descripciones de callejones, plazas y barrios en los que se desarrolla la historia. Comienza un amanecer de 1945, cuando Daniel Sempere es conducido por su padre al "Cementerio de los Libros Olvidados", una asombrosa biblioteca más bien parecida a un laberinto, de donde su padre le deja elegir un libro. Escoge uno llamado "La Sombra del Viento", del cual Daniel se quedará fascinado y lo lee en una noche, por lo que intentará averiguar algo más sobre su autor Julián Carax, lo que le llevará a adentrarse en un mundo de intrigas y misterios, pero también de historias de amor, que acabarán reflejándose sobre su propia vida y los distintos increíbles personajes que irán conociendo a lo largo de la novela.

Modernismo catalán

Modernismo catalán
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Templo Expiatorio de la Sagrada Familia en Barcelona.
El modernismo catalán o modernisme es un estilo arquitectónico que se desarrolla en Cataluña (España) y principalmente en Barcelona, a lo largo de unos 50 años, entre 1880 y 1930. Aunque es parte de una corriente general que surge en toda Europa, en Cataluña adquiere una personalidad propia y diferenciada, y se convierte en el modernismo probablemente más desarrollado.
A finales del siglo XIX surgen en Europa tendencias arquitectónicas que rompen con los criterios tradicionales y buscan nuevas formas de edificar con miras al siglo XX, que dan gran relevancia a la estética. Este movimiento es consecuencia de la Revolución Industrial, que ha ido arraigando en los diversos países, y de los avances derivados de ella, como la electricidad, el ferrocarril y la máquina de vapor, que han cambiado por entero la forma de vivir de la población y han originado un crecimiento de las ciudades, en las que se han ido estableciendo industrias que regentan un número creciente de burgueses. El modernismo es, pues, un estilo urbano y burgués.
El modernismo rechaza el estilo poco atractivo de la arquitectura industrial de la primera mitad del siglo XIX, y desarrolla nuevos conceptos arquitectónicos basados en la Naturaleza, que consisten en los materiales de construcción que se emplean, en las formas de los edificios y en las figuras de sus fachadas. Los arquitectos y sus escultores colocan en el exterior de los edificios pájaros, mariposas, hojas y flores a modo de elementos decorativos, ya sea como figuras adosadas o como adorno de la piedra o cerámica. También se colocan figuras de tamaño mayor, animales fabulosos o personas, y en las cornisas elementos de cerámica de color. Las ventanas y los balcones disponen de rejas de hierro forjado, que son labradas artísticamente y contienen motivos inspirados en la Naturaleza.
El desarrollo del modernismo es fomentado en Cataluña por la burguesía, que se siente catalana y es culta y sensible al arte. Esta burguesía ve en esta nueva arquitectura la manera de satisfacer sus ansias de modernización, de expresar su identidad catalana, y de poner de manifiesto de manera discreta su riqueza y su distinción.